Documentary projects

Ser Invisible

Texto: Catherine Luco Soto (Introducción del libro)

Cae la tarde en el sector alto de la capital, donde las calles están siempre abarrotadas de personas y el tráfico nunca se despeja. Es la zona que rodea al edificio Costanera, la Torre de Babel chilena que se puede ver desde casi todos los ángulos de la ciudad. Justo al lado, y mucho más abajo, aparece el centro comercial del mismo nombre, el más popular. La vista se completa con cientos de miles de residentes y turistas, que pasean y compran todos los días del año.

A diferencia de otros lugares cercanos, aquí difícilmente las luces se apagan por completo y muy pocas veces el tiempo se detiene. El barrio se instala con otros grandes edificios y sus fachadas de vidrio, que insisten en alzarse como espejos del cielo. Con el sol en su punto más alto, reflejan un celeste brillante y carente de nubes, que perfectamente podría haber sido diseñado por un programa digital. Todo arriba es fulgurante, pero si bajamos la vista desde la fachada de los rascacielos hasta las calles, los ejecutivos, oficinistas y obreros siguen caminando apresuradamente, comiendo, bebiendo café, revisando sus celulares o escuchando música; fumando y conversando, entrando y saliendo de los edificios celestiales.

Todos están muy ocupados para seguir bajando la vista un poco más; todos, dentro y fuera de lo que expone este papel, captados o no por una cámara. Para bajar la vista no es necesario buscar bajo tierra, al contrario, es cosa de prestar atención a los rincones más comunes: por ejemplo, en este sector de Santiago que ya atardece, en un pequeño puente del Canal San Carlos. Mientras todos los personajes de la ciudad colapsan el tránsito para volver a sus hogares, un precario refugio alberga a dos hombres que a esa hora duermen en colchones apostados en un pasillo de tierra junto al torrente del río, más estruendoso incluso que el frenetismo ciudadano. Aquí se sienten seguros del pasado y el presente, de las circunstancias e incluso de lo que algunos llaman destino.

Desde hace no muchos años han aprendido a sobrellevar la vida con la compañía del otro, viviendo y sobreviviendo en la calle junto al otro como única familia. La confianza que sienten es el hogar que han construido, y los enemigos arriba toman diferentes rostros, pero Tito y Gastón, los protagonistas de esta historia, encontraron la manera de enfrentar lo que antes de conocerse, cuando estaban solos, era muy difícil.

Incontables historias de abuso y pobreza nos han mostrado desde diferentes ángulos y formatos las realidades en torno a las personas que viven en la llamada “situación de calle”. Algunas veces desde representaciones que alimentan clichés, otras, desde focos que intentan acercarse a la realidad más cruda. Es el arte, el que propone y permite una mirada desde este último, con su cualidad humana y búsqueda compleja de la identidad.

En este libro dedicado a la fotografía, se alza la inquietud de un artista por llegar a la visión honesta de una historia real que representa otras miles de historias y refleja una herida abierta no sólo en la vida de sus protagonistas, sino también en una sociedad que continúa haciendo la vista gorda.

¿Qué pasaría si pudiéramos adentrarnos en la vida cotidiana de alguna de estas personas? ¿Qué pasaría por nuestras mentes si pudiéramos ver sus andanzas, acercar la vista a las marcas del tiempo en sus cuerpos, conocer aunque fuera sólo una pequeña parte de su pasado? ¿Seríamos capaces de aceptarlo? ¿Seguiríamos observando –o evitando- con los mismos ojos?